LA FISICA DEL FÚTBOL
Desde el desarrollo físico de los jugadores, pasando por su dieta y su entrenamiento, veremos que, desde hace varios años, muchas áreas de la ciencia se han dedicado a mejorar su rendimiento y el lucimiento del juego, modificando las reglas, los balones y el arbitraje
¿Eres un futbolista génetico?
Los buenos futbolistas deben tener algo en sus genes, de esa hipótesis partieron científicos ingleses al descubrir una relación entre la longitud de los dedos anulares de los jugadores y su habilidad en la cancha. Para comprobarlo midieron la longitud de los dedos anulares de los mejores jugadores de la liga inglesa y la compararon con el promedio de los jugadores. El patrón fue siempre el mismo: aquellos jugadores con los dedos anulares más largos que su dedo índice, resultaron mucho más aptos para jugar futbol que los que los tienen más cortos. Entre los jugadores que se prestaron al estudio figuran Paul Gascoigne y Bryan Robson, quienes para los aficionados a este deporte son verdaderos ídolos del futbol mundial.
¿Casualidad? La explicación de este descubrimiento podría estar en el desarrollo fetal de los futuros jugadores. Cuando el feto masculino se encuentra entre las ocho y las 12 semanas de vida, ciertas partes de su cuerpo se vuelven sensibles a la hormona testosterona. El corazón, los pulmones y el cerebro son afectados, así como también los dedos. Parece ser que los dedos, a pesar de que casi no son utilizados por un jugador de futbol, son un indicador de qué tanta testosterona recibieron en ese momento crucial de su crecimiento. Esta descarga hormonal puede incrementar su fuerza y su percepción espacial, ambas capacidades muy útiles en la práctica del futbol. El entrenamiento La condición física de los jugadores de futbol es esencial para destacar y formar parte de una selección mundial. Correr y hacer un poco de ejercicio solía ser parte de los entrenamientos comunes de los equipos, pero hoy no es suficiente si se considera que un jugador mediocampista corre en promedio 15 km en cada partido. Lo que los jugadores necesitan es realmente un “poder explosivo”. Esto les permite cambiar de corredores de alta velocidad en una jugada específica a condiciones de fondistas en la mayor parte del juego. La energía suficiente para aguantar semejantes condiciones se logra no sólo comiendo, sino por medio de un entrenamiento conocido como “pliometría” (plyometrics en inglés).
El entrenamiento pliométrico surgió en los años 60 en la Unión Soviética, donde se utilizaba para preparar de forma óptima a los atletas, particularmente a los que realizaban saltos de longitud y de altura. Gradualmente, la técnica se fue aceptando como una herramienta valiosa para muchos deportes que involucran el arranque y los saltos, como es el caso del cabeceo en el futbol. La base científica de este entrenamiento se centra en los diferentes tipos de contracción que pueden llevar a cabo los músculos: la concéntrica, donde los músculos se acortan, y la excéntrica, donde los músculos se alargan y se mantienen juntos por tensión. Cuando un músculo de la parte alta del brazo se contrae concéntricamente, la mano se mueve hacia el hombro a medida que el músculo se acorta. Las contracciones excéntricas entran en acción cuando el cuerpo se desacelera y mantienen la estabilidad del cuerpo; es decir, si un jugador corre para alcanzar la pelota y frena súbitamente, los músculos de sus piernas sufrirán una contracción excéntrica.
Dada la multiplicidad de movimientos que los jugadores realizan con las piernas a lo largo de un partido, sus músculos tienen que cambiar constantemente de la contracción concéntrica a la excéntrica, y eso ocurre en fracciones de segundo.
El objetivo del entrenamiento pliométrico es lograr que esas fracciones de tiempo sean sensiblemente menores en los jugadores que en las personas comunes, ya que no sólo se enfoca en desarrollar y dar mayor capacidad de respuesta a los músculos, sino también a las fibras nerviosas que los controlan. Debido a que este entrenamiento implica un trabajo de condicionamiento del sistema nervioso del jugador, debe aplicarse con mucho cuidado por parte del preparador físico del equipo.
Si los jugadores realizan los ejercicios antes de haber adquirido suficiente fuerza, los riesgos de lesiones son muy altos. Los ejercicios incluyen saltos de profundidad, que implican saltos desde plataformas de 1.5m hacia el suelo y volver a saltar esta altura tan pronto como han tocado el suelo, saltar repetidamente con una pierna y rebotar hacia delante con las dos piernas juntas. La dieta En el pasado, los jugadores podían sentarse frente a un gran plato de enchiladas o huevos rancheros para el desayuno, e incluso un mole poblano, antes de enfrentar el partido de la tarde.
En la nueva era del futbol, la dieta es un factor importante en el buen rendimiento de los jugadores. La mayoría de las dietas para atletas excluyen los azúcares, las carnes rojas y las comidas fritas, y reducen al máximo los lácteos con grasa.